Castración
La castración (llamada "esterilización" cuando se trata de una hembra) está recomendada para todos los perros, a excepción de los que sirven para la reproducción, o en casos en los que el veterinario lo desaconseje.
La castración presenta un sinfín de ventajas para el perro. Por ejemplo, el interés sexual de los perros castrados hacia las hembras disminuye después de 6 a 12 meses. Lo mismo que la mala costumbre de "montar" a la gente. Los episodios de agresividad hacia otros machos desaparecen por completo en el 60% de los casos. Las fugas de los perros también se reducen en un 90% de los casos. En cuanto a la marcación del territorio en casa, disminuye en la mitad de los casos.
La castración implica numerosos beneficios para la salud. La incidencia de los adenomas de glándulas perianales (tumores que se desarrollan en la región rectal) y tumores en los testículos desaparecen casi en un 100%. También se aprecia una disminución de la incidencia en las hernias perianales. Además, gracias a la castración, la incidencia de los problemas de la próstata se ven reducidas ampliamente. En los perros no castrados, la incidencia de estas enfermedades es muy elevada.
Subrayemos que la castración no cambia ni la personalidad del animal, ni las capacidades de un perro de trabajo. Lo único a lo que puede contribuir ligeramente es a un incremente de la obesidad (este incremento se produce en sólo un 10% de los casos) o la reducción de actividad física. La castración no modifica en nada el lazo entre el propietario y su animal.
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