Educación del Bóxer

Primeras enseñanzas

Al bóxer le gusta aprender para poder agradarte. Es una raza muy inteligente, que retiene muy bien las enseñanzas que recibe. Bien educado, podrás llevarte contigo al Bóxer a todas partes, a pesar de su tamaño y su fuerza. Para ello debe aprender unos principios básicos. Con ello, el perro sabrá a lo que acogerse.

Lo primero que tiene que aprender es a ser limpio. Desde el principio tienes que acostumbrarlo a esperarse a la calle para hacer sus necesidades. Desde pequeño pon un papel de periódico cerca de la puerta de salida con un poco de su orina. Si alguna vez hace sus necesidades en casa, no le reprendas poniéndole su hocico dentro para regañarlo. Debes educarlo con suavidad. Acostúmbrate a sacarlo a horas regulares, al despertar, después de las comidas,... En ciudad acostúmbralo a hacer sus necesidades en los sitios especiales para ello, no en cualquier lugar.

Otra cosa que debe aprender es a andar con la correa. Hay que acostumbrarlo a la edad de 3 o 4 meses, poco a poco y sin forzarle, sólo jugando. No hagas trayectos rectilíneos y varíalos. No le dejes mordisquear su correa. Al cabo de unos paseos agradables, se acomodará muy bien a ella y cuando te vea coger la correa, sabrá que le vas a sacar. Enséñale también a no mendigar cuando estás comiendo con "No" rotundos y firmes. Debes hacer que tras el "no" se vaya a su sitio. También enséñale que no debe saltar encima de nadie. Este gesto es su demostración de alegría, pero a determinadas personas les puede resultar violento. Puedes conseguirlo diciéndole órdenes cómo “No”, “Abajo” o Sentado”.

Acostúmbralo a permanecer tranquilo. Cuando estés dialogando con alguien, observando algo o esperando a lo que sea, dile que se siente o se tumbe para que él permanezca tranquilo. También debes hacer que se acostumbre a permanecer sólo. Desde pequeño, poco a poco, ves dejándole sólo. Al principio pocos espacios de tiempo y poco a poco los vas ampliando. Tampoco le dejes correr tras los conejos o los gatos cuando no está jugando en el parque. Un firme "No" debe ser más que suficiente. Y tampoco le dejes cavar agujeros en el suelo ni del jardín, ni del parque. En el jardín por ti y por tus plantas. En el parque porque pueden llamarte la atención. Cuando veas que lo empieza a hacer dile "No" y sacúdelo por la piel de la nuca. Siempre pillándole in fraganti.