Golosinas
La distribución de golosinas debe obedecer a unos principios esenciales, para no perjudicar a la salud o a la educación de su perro.
Elección de la Golosina
Debemos desterrar imperativamente la idea de de darle restos de comida de la mesa al perro, ya que a menudo son altamente grasos o azucarados. El chocolate incluso, es tóxico para el perro. Pero no sólo el chocolate, sino que en otras dimensiones, no son beneficiosos ninguno de los alimento "humanos". De esta forma, el perro no mendigará cuando estés en la mesa o en la cocina. Ni tampoco correrá el riesgo de sobrepeso u obesidad.
Elige las galletas para perros vendidas en las tiendas especializadas. Están concebidas para no desequilibrar la dieta habitual del perro. Hasta constituyen una aportación interesante en ciertos casos: Calcio para perros jóvenes, proteínas para perros activos, etc. Los huesos para roer, producidos a partir de órganos naturales, son muy apreciados por los perros y contribuyen, por su acción de frotamiento, a la prevención de la aparición del tártaro.
¿Cuándo dar una golosina?
Con el fin de guardar el aspecto atractivo de la golosina en el perro, la distribución de ésta debe ser excepcional. Sé justo con el placer, con el fin de crear un lazo afectivo suplementario con tu compañero. Utilízalas para recompensar un trabajo bien hecho o una orden correctamente ejecutada. Según la opinión de la mayoría de los educadores, la golosina juega un papel importantísimo en la educación del perro. El perro asocia la recompensa a la obediencia.
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