Collares
En el veterinario o tienda de animales encontraremos una amplia oferta con diferentes tipos de correas para perros. Todas ellas serán lo suficientemente sólidas para resistir los inesperados arranques del perro. Pero éstos deben de reunir una serie de requisitos para que sean ideales para tu perro. Además no todos los perros necesitan el mismo tipo de correa, por lo que debemos saber qué debe cumplir la que necesitamos. Para ellos te hemos preparado el siguiente artículo.
Todos los collares tienen que ser confortables para el perro y hacerle sentir sólo una ligera sensación de presión. Tienen que estar bien ajustados y ser de un tamaño apropiado. Evita los collares demasiado grandes (que el perro podrá escaparse) o los que demasiado apretados o estrechos que ejercerá continuamente presión alrededor del cuello. Entre los materiales más utilizados en la fabricación de estos productos, citaremos las fibras sintéticas, el cuero, las cadenas de metal o el vinilo. Si el perro lleva el collar todo el tiempo, el material debería ser de fácil mantenimiento, así como suave y flexible. Además, éste debería ceder si queda enganchado en un cierre, rama u otra protuberancia. El cuero es un material que cumple todas estas características, aunque suelen ser los collares más caros. El cuero es un poco menos duradero, pero con los cuidados apropiados y una buena limpieza, un collar y una correa de buena cualidad durarán durante años.
Visto que los cachorros crecen rápidamente, hay que continuamente verificar el ajuste del collar y aflojarlo o reemplazarlo por un collar más grande llegado el caso. Esta atención hay que tenerla particularmente en los perros que tienen una piel espesa y larga, ya que en ellos se aprecia más difícilmente. Una sencilla comprobación es la siguiente: Debes de ser capaz de colar dos dedos entre el collar y el cuello. Además, al tirar del collar hacia arriba de la cabeza, éste no debe sobrepasar las orejas.
Los ronzales son productos excelentes. Son preferibles a los collares “estranguladores” en perros que tienden a tirar o que intenta zafarse del collar continuamente. Los mecanismos de los ronzales son ajustados en la cabeza y cuando se ejerce presión, se estrechan alrededor del hocico. El control del perro ejerciendo presión sobre el hocico imita los métodos de control de su madre y, además, es un modo más eficaz y humanitario. No son collares para llevar todo el día, sólo para momentos como el paseo y derivados.
Los collares "estranguladores" se deslizan sobre un anillo de metal que permite apretar el collar cuando se ejerce presión sobre la correa. Aunque este collar es útil para un perro que tira mucho, existe un riesgo de estrangulación si el perro lleva el collar sin vigilancia. Deberá ser ajustado de modo que el collar no pellizque la piel durante la tracción. Los collares de cadena serán más propicios a pellizcar al animal que los de nailón. Los collares compuestos por partes de metal que aprietan en el cuello durante la presión de la correa son los collares que ofrecen mayor control, pero no son recomendados. Un buen adiestramiento con la correa permitirá mitigar la necesidad de control de la misma. Las clases de adiestramiento son un lugar excelente para perfeccionar la obediencia del perro.
Los arneses que ejercen presión sobre la espalda y el pecho, antes que en el cuello, son a menudo utilizados para los perros de trineos y para los perros que padecen problemas de cuello. Estos arreos proporcionan un buen control y protegen el cuello contra la presión para los perros que están bien educados con la correa y no tienen tendencia a cazar ardillas u otros perros. Muchos propietarios utilizan estos collares para las razas de perros pequeños con el fin de prevenir la presión sobre la tráquea que puede causar tos.
Consulta a un adiestrador de perros, a un criador o a tu veterinario para obtener recomendaciones particulares.
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