7 problemas típicos de conducta canina y cómo solucionarlos

Los perros son unos animales que pueden aportarnos muchísimos momentos de felicidad y enriquecer nuestra vida, pero al mismo tiempo pueden convertirse en una fuente de ansiedad si no sabemos educarles de forma eficiente o corregir sus conductas negativas. En este artículo presentamos los problemas más típicos de conducta canina y te damos algunos consejos para que sepas cómo solucionarlos y poder disfrutar así de una vida feliz junto a tu mascota.

Hacer sus necesidades dentro del hogar

Uno de los problemas más típicos de conducta canina que experimentan los perros es el continuar haciendo sus necesidades en el hogar cuando ya son adultos. Esto es normal en los cachorros, ya que los pequeños no son capaces de controlar sus impulsos fisiológicos, pero si un perro adulto sigue haciendo sus necesidades en casa, claramente es que ha desarrollado un tipo de trastorno en su comportamiento, o que tiene un problema fisiológico.

Los expertos coinciden en que se trata de una de las formas con que los perros pueden somatizar la ansiedad por separación, aunque en muchos casos esto también puede deberse a un proceso de aprendizaje inadecuado. Es por ello que resulta fundamental buscar el problema concreto que puede tener nuestra mascota para poder solucionarlo. En los casos de ansiedad por separación habrá que implementar soluciones para tratar este problema como las que veremos en los siguientes puntos, mientras que si se trata de un problema de educación o problemas médicos, habrá que tratar las causas de forma específica, educando de nuevo al perro estableciendo unas horas concretas para sus paseos y felicitándole cada vez que haga sus necesidades en el exterior hasta que se acostumbre a ello.

Del mismo modo, los expertos reseñan la importancia de no regañar al perro si nos encontramos sus deposiciones al llegar a casa, porque no nos entenderá y se pondrá nervioso. Lo mejor es recogerlas y seguir con la rutina, y en caso de que lo encontremos en plena acción, decirle "no" y sacarle fuera de casa para que pueda hacer sus necesidades y aprenda poco a poco a controlarse.

No dejar de ladrar

Por otro lado, si nuestra mascota no deja de ladrar, esto también puede evidenciar un problema de comportamiento. En estos casos será fundamental averiguar la causa de sus ladridos. Un perro puede ladrar para avisarte de que quiere jugar, para advertirte de algo, por ansiedad, por aburrimiento, como respuesta a otros perros o para llamar tu atención. Para solucionar este problema lo más sencillo es solucionar la causa que le hace ladrar, pero como no es posible en todos los casos, lo mejor será no gritarle porque esto puede llegar a excitarle más. Es clave es educarle con un comando concreto, como "silencio", y premiarle cada vez que se calle cuando se lo pidamos. El refuerzo positivo es la mejor alternativa según los expertos para educar a una mascota, y sin duda servirá en gran medida para conseguir enseñar a nuestro perro que no ladre a todas horas.

Agresiones

Otro de los problemas típicos de conducta canina más complicados son las agresiones. No son agresiones únicamente las mordeduras y los ataques directos, sino también lo son todo tipo de tendencias agresivas como el ladrar o los amagos de mordida, que en algún momento podrían producir un fatal desenlace.

De esta manera, para poder fin a estas conductas, resulta fundamental establecer límites con el perro, recompensando únicamente los comportamientos positivos y evitando el responder de forma emocional a estas muestras de agresión. De esta forma, el perro se centrará en lo positivo y se dará cuenta de que las actitudes negativas no le ayudan a obtener la atención que desea. Es fundamental también reforzar los límites para que el perro entienda que no puede imponerse a sus dueños. En el caso de los perros más agresivos que intensifiquen sus ataques en estos supuestos, si no se van notando modificaciones en su carácter con el paso del tiempo al intentar marcar estos límites, lo mejor será acudir a un profesional que nos ayude con su educación. Tanto si quieres contactar con educadores profesionales como si te gustaría asistir con tu mascota a la escuela de perros para ayudarle disfrutar de una vida más equilibrada y feliz en https://www.sentidoanimal.es/ encontrarás diferentes alternativas para mejorar la convivencia familiar con tu mascota.

Tirar de la correa

Por otro lado, los perros suelen tirar mucho de la correa si no están bien educados. Si no le has enseñado a pasear y comportarse bien en los paseos es normal que tire de la correa. La correa es el cinturón de seguridad y no el volante, es decir, que sólo debe usarse si el perro se descontrola, con lo que es importante enseñarle a ir al lado, junto a nosotros.

Los perros suelen tirar de la correa en los paseos porque se encuentran alegres o incluso porque tienen miedo, con lo que será fundamental buscar estas causas y solucionarlas, utilizando las técnicas de recompensa en el primer caso, y mejorando la socialización del perro para que no tenga miedo a salir a la calle en el segundo.

Ansiedad por separación

La ansiedad por separación es un trastorno de la conducta canina que presentan algunos perros cuando se quedan solos en casa o se separan de sus propietarios. Algunos perros se muestran ansiosos sólo con dejar de ver a sus propietarios. Esta ansiedad afecta de forma negativa al bienestar del perro y dificulta el vínculo con los propietarios. De esta forma, para tratar la ansiedad por separación lo mejor será contactar con un educador canino. Los tratamientos pensados para corregir los problemas de ansiedad por separación en los perros suelen incluir cambios en el entorno del perro, incluyendo estimulación, juegos y entretenimiento para reducir su nivel de ansiedad.

Del mismo modo, se les debe enseñar a que soporten la separación usando señales seguras, con las que sepan cuando sus propietarios van a marcharse para reducir la ansiedad anticipatoria.

Morderlo todo

Por supuesto, otro de los problemas más típicos de la conducta canina es el morder absolutamente todo lo que se encuentran. Cuando son cachorros o perros jóvenes esto puede ser un juego para ellos, porque además, si les riñes cuando rompen algo, lo que aprenden es que deben hacerlo cuando no estás. Para solucionar este problema es necesario implicarse y cumplir las necesidades de las mascotas con ejercicio, juguetes e interacciones sociales con otras personas y animales. Solamente de esta manera será posible que un perro se sienta feliz y no tenga ganas de destrozarlo todo por aburrimiento o ansiedad.

No acudir a la llamada

Muchos perros no quieren dejar de pasear o de jugar nunca, con lo que, aunque conocen muy bien su nombre, no acuden a la llamada cuando no les apetece. Por otro lado, también puede suceder que el perro no conozca realmente la señal de llamada. Lo que suele pasar en estos casos es que cuando un propietario consigue coger a su perro después de que éste se haya escapado le regaña, con lo que el perro suele relacionar la llamada con un castigo, o con el final del juego y del paseo.

Para solucionar estos problemas es fundamental enseñar la orden de llamada primero en el hogar, premiando al perro cada vez que responda de forma eficiente. Más tarde podemos ir añadiendo más estímulos hasta que finalmente podamos utilizar esta señal fuera de casa y asegurarnos de que el perro responderá siempre a nuestra llamada y volverá con nosotros.