Comportamiento

Los cachorros son como niños: debemos enseñarles desde pequeñitos lo que pueden hacer y lo que no está bien que hagan. De esta forma, los hábitos los cogen desde pequeñitos que siempre es mucho más fácil. Cuando adquieren unos hábitos, es difícil cambiarlos.

Como decimos, hay que tener muy claro que esta educación la tenemos que impartir desde el momento en que el cachorrillo llega al hogar. Casi desde el primer día. Empezando así será más fácil implantar las bases de lo que puede o no hacer.

La mejor opción a la hora de educar un perro es que sea el propio amo quien se encargue de la tarea. Evidentemente, nadie ha nacido aprendido, así lo aconsejable es que te asesores y pidas ayuda en escuelas de adiestramiento porque los instructores, con su gran experiencia y conociendo bien la psicología canina, sabrán mostrarte la metodología más correcta. Pero recuerda que en la práctica es a tu al que deben hacerte caso.

La base es una educación positiva y amena. Este proceso consiste principalmente en que el perro al obedecer, sepa y se dé cuenta que lo ha hecho bien y que en ese momento reciba un premio por hacerlo. Este premio no siempre tiene que ser material: una palabra amable o una caricia será suficiente. En el caso que queramos darle premios de alimento, recuerda que hay golosinas especiales para ellos, sanas para el perro. No vale darle cualquier cosa.