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Adiestramiento del Bóxer
Al principio, los bóxers vivían en jauría con un jefe dominante. Hay que reconstituir esta jauría en la familia y atribuir el papel de "jefe" a un miembro. Éste será quien se encargue de su educación. El bóxer tenderá a tomar a su dueño por un prolongamiento de su madre. Hace pues mucha confianza y complicidad entre los dos. Establece reglas precisas y respételas sin modificarlas nunca, como lo hizo su madre. Debes hacerlo con firmeza, pero con calma, paciencia y entereza, y nunca ceder a sus encantos. De hacerlo, el bóxer no comprenderá su comportamiento y lo considerará incoherente. La raza bóxer aprende fácilmente. Es importante que todos los miembros de la familia apliquen la enseñanza decidida por el "jefe".
Desde su más joven edad, es recomendable enseñarle unas palabras de base. Podríamos llamarlas breves órdenes. A continuación te las presentamos:
- Su nombre. Por supuesto, tiene que oírlo lo más pronto posible para que lo asocie con las órdenes.
- "Aquí" o "Ven". Órdenes para llamarlo. En cuclillas golpeando las rodillas y con una sonrisa. Felicítalo y acaricíalo cuando acuda.
- "No" de una forma firme y con un tono dicidido para que pare de hacer algo.
- "Calma" para que se tranquilice y no se alborote demasiado.
- "Stop" para detenerlo. Por ejemplo, antes de cruzar una calle.
Recompensas
Las órdenes deben ser recompensadas: palabras de felicitación, caricias, alimento, jugar con él para que vea que estamos alegres de que haya obedecido,... Su bóxer estará muy orgulloso de haberle agradado. Es un perro que necesita sentir que lo que se le pide está bien. ¡Hay que darle la impresión de que estamos jugando y no únicamente tratando de que obedezca. Así no le aburrirá y querrá repetirlo siempre que queramos enseñarle.

Sanciones
Cuando lo hace mal o hace algo mal, hay que hacérselo entender. Muchos te hablarán de castigos, pero nosotros encontramos más ideales las sanciones:
Por ejemplo, si el perro hizo alguna tontería, no le grites. Regáñalo con firmeza pero sin maldad. La sanción debe ponerse justo después de la mala acción, nunca demasiado tiempo después, pues el perro no podrá entender tu acto.
Nunca le pegues porque las manos están para las caricias y de hacerlo, el bóxer puede tornarse agresivo. Tampoco le golpees nunca con la correa, porque puede que le coja miedo y no la acepte más. Con un "No" firme, cogiéndolo de la piel de su nuca entre los dedos y agitándolo será suficiente. Eso es lo que le hace su madre, cogiéndolo con la boca, desde que es un cachorro.
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