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Ideas y consejos
Unas simples reglas pueden ayudarte a prevenir los problemas de comportamiento y a devolver tu relación con tu mejor amigo armoniosa:
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Diferencia entre autoridad y autoritarismo:
La autoridad se ejerce en un entorno bañado de amor, de respeto y benevolencia. No significa para nada gritar a tu perro o castigarlo para obtener lo que se desea. El autoritarismo, en cambio, se ejercita en un marco donde la reflexión y la información faltan: imponemos para someter, humillar, dominar,...
Hay quien creen que el autoritarismo es el mejor método para educar a un perro, pero se equivocan. Porque el perro se somete, sí, pero tiene miedo, terror, pavor,… y no es feliz. Un perro que puede descansar en sus dueños es un can mucho más tranquilo y apaciguado que un perro aterrorizado por sus dueños.
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Trata de controlar las costumbres diarias de su perro: la hora de la comida, la alimentación, el control del territorio, la gestión de los desplazamientos, las interacciones sociales como los juegos y caricias,...
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El aprendizaje es necesario para la adaptación, es una necesidad vital: hay que adaptarse al cambio. El animal es capaz, gracias a sus facultades cognoscitivas de adaptarse a una situación nueva, siempre y cuando ésta presente similitudes con situaciones ya aprendidas.
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No pienses que la ausencia de límites y reglas es mejor para el perro. Es todo lo contrario. Si le dejas todas las libertades a tu perro, no le estás haciendo ningún bien. Y es que los perros necesitan límites y normas para evolucionar serenamente. Una buena educación está basada en un sistema de normas claras.
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Aprende a tener paciencia con él. La paciencia tendrá una excelente recompensa. No basta con querer algo para obtenerlo inmediatamente. Por ejemplo, si participas en una sesión de adiestramiento y su perro se impacienta (muerde la correa, ladra contra ti, etc.), muestra firmeza hacia él y su actitud, pero con dulzura. Poco a poco, la educación irá calando en él.
¿Has observado que estos consejos pueden ser también aplicables a los niños? ¡¡Atención!! ¡Esto no significa que los humanos y los perros tengan la misma psicología! Respeta la naturaleza de tu perro y no hagas de él un humano. Es la prueba más bella de amor que puedes darle.
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